Mientras tanto, o quizás antes del partido, alguien celebró la victoria peleándose con mi retrovisor izquierdo. Si hubiera tenido el coche en la calle no me habría importado tanto. Estando aparcado en la plaza de garaje propiedad de uno jode más. Significa que el cabrón es un amable vecino (no va por usted, no, pero ayúdeme a planear la venganza) que te conoce.
Parece una moda en expansión eso de arrancarle a los coches tan innecesarios accesorios. Lo de sentirse artista con la llave ha pasado de moda. Al menos, tras unos minutos de bricolaje, lo único que me falta es la cubierta exterior (entre eso y la suciedad acumulada en el coche, adios a impresionar a las nenas...). Si, el espejo está hecho añicos, y las imágenes no guardan las proporciones que deberían, así que he sido obsequiado con una caleidoscópica ventana a una retro-realidad fragmentada. Es curioso ver los vehículos contraerse en torno al centro del espejo. Menos mal que los espejos no me han causado nunca mucha paranoia, que si no estaría acojonado con esta discontinuidad en la estructura espacio-temporal de la que disfruto siempre que uso el coche.
Lo odioso es pasarse una noche de insomnio pensando en la venganza a realizar en caso de descubrir al culpable... ¿Lo mismo? ¿Echarse bajo su coche y vaciarlo de aceite? ¿Cortar manguitos al azar, a ver que efecto produce? ¿Emular al Sr. Rubio en Reservoir Dogs? (no sé... ¿El ojo por ojo permite arrancarle una oreja al culpable?). Claro, cualquier represalia seguramente desencadenará una escalada de violencia hacia nuestros respectivos coches, no en vano se encuentran aparcados a menos de tres metros entre sí. (Hipótesis: ¿Si yo tengo un **** Negro, y un vecino mio tiene un **** Negro, y hace algún tiempo ví su coche en la calle con un espejo reventado, y mi plaza está casi junto a la suya, y me revientan el retrovisor, y me falta una pieza, tengo pistas para sospechar de alguien?) Sigh.
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